La experiencia me ha enseñado algo básico a la hora de entender a otras
personas, y aunque parezca muy simple, me costó un tiempo comprenderlo
completamente.
En relación al modelo de pensamiento, existen personas que primero piensan
y luego hablan y otras que piensan mientras hablan.
Dado que el proceso de pensamiento es complejo, casi nunca lineal y
requiere una interacción de ideas a veces contrapuestas que dialogan hasta
alcanzar el resultado final, es fundamental conocer la modalidad de pensamiento
de tu interlocutor, pues de lo contrario, la comunicación puede ser casi
imposible.
Normalmente, aquellos que primero piensan y luego hablan, procesan la
información internamente y cuando hablan, lo que dicen es el resultado final
del proceso del pensar. Cuando deciden hablan, sus diferentes ideas ya han sido
procesadas en su interior y sus palabras verbalizan la conclusión a la que han
arribado. Son personas que hablan menos que otras y generalmente sus ideas se
mantienen en el tiempo.
Por el contrario, las personas que piensan mientras hablan, exteriorizan
las ideas en el momento en que aparecen en su mente y tú, eres testigo de su
proceso de pensamiento, de cómo sus ideas dialogan, oponiéndose a veces unas
con otras, hasta finalmente encontrar la idea final.
Si no comprendes
esto, puede parecerte que este tipo de personas son contradictorias y que
primero dicen algo y luego otra cosa y luego otra. Debes darles tiempo, pues eres
copartícipe del proceso de elaboración de su idea final.
Cuando trates con un
jefe que primero piensa y luego habla, sabrás que lo que dice ya está elaborado
y que espera que actúes en consecuencia.
Si tratas con un superior que piensa
mientras habla, debes ser un interlocutor paciente, y ayudar a su proceso de
pensamiento, aportando ideas y contraponiendo las que él mismo va generando,
hasta llegar a una idea final, que se mantendrá en el tiempo.
Si tú mismo piensas
mientras hablas, debes informar a tus colaboradores de esto, así harás más fácil
su trabajo. También es recomendable que encuentres interlocutores de confianza
que te conozcan y sean un buen referente para explorar tus ideas, recuerda que
los necesitas para elaborar tus pensamientos.
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