lunes, 14 de octubre de 2013

Que pena que siempre nos pasa lo mismo...

Hay momentos en que las cosas marchan bien, y otros en que las cosas marchan "no tan bien".
¿Cuál es la sensación imperante en tu equipo cuando las cosas no salen?
¿Pena? ¿Preocupación?
"Que pena que nos pasa tal cosa..." "Estoy preocupado por los resultados de mi equipo..."
Ten cuidado.
Cuando esas sensaciones abundan, las cosas, lamentablemente, no van a cambiar.
Porque cuando eso se siente, lo que no se siente es la responsabilidad personal por el fracaso.
Cuando las cosas no van bien, la sensación abundante debería ser vergüenza, por no lograr cumplir con lo esperado, enojo, por haber faltado a lo comprometido, o cualquier otra sensación que involucre al equipo en el logro (o falta de) del resultado.
Hasta que no logres que esas sensaciones aparezcan cuando los resultados no se dan, no podrás cambiar el rumbo.
Si tu equipo no asume las responsabilidades en primera persona por los resultados, las probabilidades de mejorar serán mínimas.
Evita la pena, evita la preocupación, y habrás comenzado a dar vuelta los resultados.

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